JOSIMA(*)
Cuando vemos algo que desconocemos y que despierta nuestro interés en saber que es, espontáneamente iniciamos averiguar al respecto, con la finalidad de satisfacer nuestra curiosidad y empezar a entenderlo. La estadía en las aulas universitarias de la facultad y especialmente en los talleres de diseño, provoca en nuestro sentir un gran deseo de volcar todo nuestro potencial artístico y creativo en la solución de los diferentes problemas que vamos a plantear como temas de pretexto, para el aprendizaje del quehacer arquitectónico. Hasta en el inicio de la recepción de clases de los cursos aparentemente fríos y que pensamos que no tienen mucha incidencia en la generación plástica del diseño arquitectónico, ponemos bastante interés y vemos la posibilidad de que su contenido se identifique con lo que nos gusta realizar, “diseño arquitectónico”,…inclusive habrán notado que instintivamente le ponemos algo de arte, hacemos las letras de los títulos con agrado y detalle, le adjuntamos apuntes, bocetos y otros aditamentos que emergen espontáneamente de nuestra mente.
Los estudiantes nuevos, cachimbos en este menester, es seguro que se encuentran a la expectativa de comprobar lo que ellos pensaron al decidir postular a nuestra comunidad arquitectónica. ¿Será una actividad puramente artística?, ¿Una actividad puramente científica? ¿Será necesario ser un Leonardo da Vinci, Miguel Ángel o un Albert Einsten?. Pensamos que no exactamente, pero creo que algo de cada uno de ellos,…porque la arquitectura requiere además de estas dos actividades otros campos para la comprensión y desarrollo de su espíritu esencial y sólo cuando pongamos interés en cada una de las asignaturas que ofrece nuestra facultad, entenderemos que son necesarias para la plasmación de un buen diseño arquitectónico.
Entendamos por arquitectura, al proceso terminado en edificio, de una organización espacial racional plástica, para el desarrollo de una actividad humana.
Proceso, por que demanda una metodología de entendimiento, concepción y ejecución. Culminado porque mientras no se cristaliza en un objeto, no hemos hecho arquitectura. Organización espacial racional plástica, porque obedecerá a una necesidad funcional y confortable de espacios, necesidad perceptiva plástica estimulante a la atención del observador, mediante la composición formal arquitectónica. Al manejo de un determinado material o materiales, y que estos en su conjunto logren una estabilidad estructural que dé seguridad a los usuarios a un costo adecuado para un determinado entorno.
¡Ah!, y ustedes dirán, ¿Y como se come todo esto?, parece un poco complicado ¿No?, pero si recordamos que estamos en una facultad de arquitectura tenemos la oportunidad de averiguarlos en cada clase. ¡Asistamos e interroguémonos!
Ustedes habrán notado que en muchas oportunidades nos encontramos frente a un papel en blanco para iniciar un diseño y sentimos impotencia en algunos casos para generar una propuesta. Estos momentos, generan la sensación de estar perdidos en el espacio infinito, ya no azul ni negro como generalmente hemos percibido, o como nos han mostrado en películas, fotografías y dibujos, sino en un espacio totalmente blanco y desesperante, según el apremio que tenemos para hacerlo, y si tenemos aparentemente el tiempo suficiente, nos consolamos diciendo ¡Uhhh! hay tiempo, mañana lo hago, ¡Hoy no estoy inspirado!... ¡una amanecida y sale! Pero en la hora de los hechos, ¡Que problema! ¿No es cierto?......La tensión se incrementa cuando el tiempo es menor, cuando se acerca la hora de entrega de lo que debemos hacer. ¿Un sketch o esquisse de comprobación?, ¿Un concurso arquitectónico?, ¿Una licitación? ¿Un cliente apurado?, ¡Ah! …para muchos estudiantes de arquitectura, el boceto odiado o la entrega del trabajo de taller,....bueno, sea cual fuere la circunstancia en que nos hallamos, este fenómeno, es molestoso y preocupante en cada uno de nosotros que podríamos tener esta dificultad.
¿Porqué sucede esto?, ¿Será que no tenemos condiciones innatas para diseñador?, o como dijo algún profesor en la facultad ¿No habremos nacido para arquitectos?, ¿Tendré que ir a sembrar papas? (con el respeto a los hombres del agro, actividad muy importante por cierto).....¡No!, no se apresuren en definir su situación,.. No por favor, la intención no es desanimarlos… sino que este hecho definitivamente se produce porque no existe información en nuestra mente sobre lo que nos piden, nos hace falta sustento teórico, no hemos visto tal vez nunca, como han resuelto otros, el problema que tenemos, si lo vimos, lo hicimos tangencialmente o no le dimos importancia. Finalmente el escollo se presenta, por lo menos, porque no hemos llegado a un entendimiento cabal del objeto a crear, al concepto particular y personal de éste.
¿Recuerdan el concepto de arquitectura que lanzamos?.....“proceso”,....entonces es problema de método y el que escojamos debe ser sistemático por que si no cumple esta condición, siempre estaremos en el problema del astronauta sin rumbo, en una dimensión desconocida, que simplemente es ignorancia de lo que pretendemos hacer. En los talleres de nuestra facultad tenemos una etapa importante que la denominamos “investigación” o “de recopilación de información” en fin, podemos encontrarle una acepción coherente, pero el alma de esta etapa es precisamente cubrir el vacío inicial de lo que venimos tratando, tener pleno conocimiento de lo que vamos a diseñar y dentro de ello una personalidad a plasmar y mientras planifiquemos adecuadamente este proceso, fijando claramente los objetivos, dando prioridad a la búsqueda de información útil para el diseño y no distrayéndonos apasionadamente en otros campos que incita esta etapa, tendremos el éxito buscado; sobre todo pensando que tenemos poco tiempo y necesitamos ahorrarlo para la práctica del diseño.
Entre los variados ítems que podamos tratar sobre el planeamiento de edificios, básicamente la información que se busca debe estar centrada en cuatro aspectos: El objeto arquitectónico a diseñar, el usuario a servir, el territorio donde se va ha emplazar y la temporalidad del mismo.
El objeto arquitectónico.
En el transcurso de mi poca experiencia como docente, en la orientación para el aprendizaje del diseño arquitectónico, escuché mencionar que para obtener originalidad en la creación de un objeto arquitectónico no es conveniente ver tipos y prototipos o hechos concretos sobre el tema, porque podría definirse en nuestra mente parámetros que limiten la creatividad y la esperada originalidad en nuestro resultado. Al respecto debo decirles que el aprendizaje de la arquitectura es como el de cualquier profesión, es decir se basa en principios, fundamentos y experiencias logradas en el proceso de su expresión durante la historia de la humanidad, pues el cúmulo de ellos genera el progreso y desarrollo de su concepción. Por lo tanto es indispensable saber y conocer, que han hecho antes de nosotros sobre el tema, que relaciones han tenido los hechos arquitectónicos con los momentos sociales, económicos, políticos y religiosos, con la disponibilidad de materiales, sistemas constructivos y técnicas de sus culturas. Por otro lado, también nos interesan, como enfocan hoy, los planteamientos modernos y actuales en su concepción y definición de los mismos aspectos señalados…y… todo esto, para concluir en una pregunta de rigor ¿Y cómo debo hacer ahora yo, el tema? ¿Cómo debe ser mi expresión arquitectónica para mi época y para el lugar donde voy a ejecutar? Bueno entonces será importante centrarse en estas preguntas para conseguir respuestas apropiadas, en este análisis serán necesarios plantear patrones referenciales, patrones reales y patrones ideales sobre el objeto a diseñar. Los patrones referenciales los obtendremos del proceso histórico, los patrones reales de la técnica y normas actuales. Los patrones ideales, de la teoría existente y de nuestras perspectivas que tenemos hacia el futuro.
Cuando vemos algo que desconocemos y que despierta nuestro interés en saber que es, espontáneamente iniciamos averiguar al respecto, con la finalidad de satisfacer nuestra curiosidad y empezar a entenderlo. La estadía en las aulas universitarias de la facultad y especialmente en los talleres de diseño, provoca en nuestro sentir un gran deseo de volcar todo nuestro potencial artístico y creativo en la solución de los diferentes problemas que vamos a plantear como temas de pretexto, para el aprendizaje del quehacer arquitectónico. Hasta en el inicio de la recepción de clases de los cursos aparentemente fríos y que pensamos que no tienen mucha incidencia en la generación plástica del diseño arquitectónico, ponemos bastante interés y vemos la posibilidad de que su contenido se identifique con lo que nos gusta realizar, “diseño arquitectónico”,…inclusive habrán notado que instintivamente le ponemos algo de arte, hacemos las letras de los títulos con agrado y detalle, le adjuntamos apuntes, bocetos y otros aditamentos que emergen espontáneamente de nuestra mente.
Los estudiantes nuevos, cachimbos en este menester, es seguro que se encuentran a la expectativa de comprobar lo que ellos pensaron al decidir postular a nuestra comunidad arquitectónica. ¿Será una actividad puramente artística?, ¿Una actividad puramente científica? ¿Será necesario ser un Leonardo da Vinci, Miguel Ángel o un Albert Einsten?. Pensamos que no exactamente, pero creo que algo de cada uno de ellos,…porque la arquitectura requiere además de estas dos actividades otros campos para la comprensión y desarrollo de su espíritu esencial y sólo cuando pongamos interés en cada una de las asignaturas que ofrece nuestra facultad, entenderemos que son necesarias para la plasmación de un buen diseño arquitectónico.
Entendamos por arquitectura, al proceso terminado en edificio, de una organización espacial racional plástica, para el desarrollo de una actividad humana.
Proceso, por que demanda una metodología de entendimiento, concepción y ejecución. Culminado porque mientras no se cristaliza en un objeto, no hemos hecho arquitectura. Organización espacial racional plástica, porque obedecerá a una necesidad funcional y confortable de espacios, necesidad perceptiva plástica estimulante a la atención del observador, mediante la composición formal arquitectónica. Al manejo de un determinado material o materiales, y que estos en su conjunto logren una estabilidad estructural que dé seguridad a los usuarios a un costo adecuado para un determinado entorno.
¡Ah!, y ustedes dirán, ¿Y como se come todo esto?, parece un poco complicado ¿No?, pero si recordamos que estamos en una facultad de arquitectura tenemos la oportunidad de averiguarlos en cada clase. ¡Asistamos e interroguémonos!
Ustedes habrán notado que en muchas oportunidades nos encontramos frente a un papel en blanco para iniciar un diseño y sentimos impotencia en algunos casos para generar una propuesta. Estos momentos, generan la sensación de estar perdidos en el espacio infinito, ya no azul ni negro como generalmente hemos percibido, o como nos han mostrado en películas, fotografías y dibujos, sino en un espacio totalmente blanco y desesperante, según el apremio que tenemos para hacerlo, y si tenemos aparentemente el tiempo suficiente, nos consolamos diciendo ¡Uhhh! hay tiempo, mañana lo hago, ¡Hoy no estoy inspirado!... ¡una amanecida y sale! Pero en la hora de los hechos, ¡Que problema! ¿No es cierto?......La tensión se incrementa cuando el tiempo es menor, cuando se acerca la hora de entrega de lo que debemos hacer. ¿Un sketch o esquisse de comprobación?, ¿Un concurso arquitectónico?, ¿Una licitación? ¿Un cliente apurado?, ¡Ah! …para muchos estudiantes de arquitectura, el boceto odiado o la entrega del trabajo de taller,....bueno, sea cual fuere la circunstancia en que nos hallamos, este fenómeno, es molestoso y preocupante en cada uno de nosotros que podríamos tener esta dificultad.
¿Porqué sucede esto?, ¿Será que no tenemos condiciones innatas para diseñador?, o como dijo algún profesor en la facultad ¿No habremos nacido para arquitectos?, ¿Tendré que ir a sembrar papas? (con el respeto a los hombres del agro, actividad muy importante por cierto).....¡No!, no se apresuren en definir su situación,.. No por favor, la intención no es desanimarlos… sino que este hecho definitivamente se produce porque no existe información en nuestra mente sobre lo que nos piden, nos hace falta sustento teórico, no hemos visto tal vez nunca, como han resuelto otros, el problema que tenemos, si lo vimos, lo hicimos tangencialmente o no le dimos importancia. Finalmente el escollo se presenta, por lo menos, porque no hemos llegado a un entendimiento cabal del objeto a crear, al concepto particular y personal de éste.
¿Recuerdan el concepto de arquitectura que lanzamos?.....“proceso”,....entonces es problema de método y el que escojamos debe ser sistemático por que si no cumple esta condición, siempre estaremos en el problema del astronauta sin rumbo, en una dimensión desconocida, que simplemente es ignorancia de lo que pretendemos hacer. En los talleres de nuestra facultad tenemos una etapa importante que la denominamos “investigación” o “de recopilación de información” en fin, podemos encontrarle una acepción coherente, pero el alma de esta etapa es precisamente cubrir el vacío inicial de lo que venimos tratando, tener pleno conocimiento de lo que vamos a diseñar y dentro de ello una personalidad a plasmar y mientras planifiquemos adecuadamente este proceso, fijando claramente los objetivos, dando prioridad a la búsqueda de información útil para el diseño y no distrayéndonos apasionadamente en otros campos que incita esta etapa, tendremos el éxito buscado; sobre todo pensando que tenemos poco tiempo y necesitamos ahorrarlo para la práctica del diseño.
Entre los variados ítems que podamos tratar sobre el planeamiento de edificios, básicamente la información que se busca debe estar centrada en cuatro aspectos: El objeto arquitectónico a diseñar, el usuario a servir, el territorio donde se va ha emplazar y la temporalidad del mismo.
El objeto arquitectónico.
En el transcurso de mi poca experiencia como docente, en la orientación para el aprendizaje del diseño arquitectónico, escuché mencionar que para obtener originalidad en la creación de un objeto arquitectónico no es conveniente ver tipos y prototipos o hechos concretos sobre el tema, porque podría definirse en nuestra mente parámetros que limiten la creatividad y la esperada originalidad en nuestro resultado. Al respecto debo decirles que el aprendizaje de la arquitectura es como el de cualquier profesión, es decir se basa en principios, fundamentos y experiencias logradas en el proceso de su expresión durante la historia de la humanidad, pues el cúmulo de ellos genera el progreso y desarrollo de su concepción. Por lo tanto es indispensable saber y conocer, que han hecho antes de nosotros sobre el tema, que relaciones han tenido los hechos arquitectónicos con los momentos sociales, económicos, políticos y religiosos, con la disponibilidad de materiales, sistemas constructivos y técnicas de sus culturas. Por otro lado, también nos interesan, como enfocan hoy, los planteamientos modernos y actuales en su concepción y definición de los mismos aspectos señalados…y… todo esto, para concluir en una pregunta de rigor ¿Y cómo debo hacer ahora yo, el tema? ¿Cómo debe ser mi expresión arquitectónica para mi época y para el lugar donde voy a ejecutar? Bueno entonces será importante centrarse en estas preguntas para conseguir respuestas apropiadas, en este análisis serán necesarios plantear patrones referenciales, patrones reales y patrones ideales sobre el objeto a diseñar. Los patrones referenciales los obtendremos del proceso histórico, los patrones reales de la técnica y normas actuales. Los patrones ideales, de la teoría existente y de nuestras perspectivas que tenemos hacia el futuro.
Bien, en relación a "la plástica", tomemos nota de esta parte que es muy importante en la arquitectura. En la concepción del objeto arquitectónico no sólo bastará el planeamiento sobre su organización, constitución y magnitud, sino también sus características como objeto de arte, es decir su forma. En este aspecto, tiene mucho que ver la proporción del volumen (vacío o sólido) o la composición de los volúmenes (vacíos o sólidos) que se van ha proponer, su grado de inserción al contexto, su identificación con el territorio que lo alberga y probablemente la filosofía y el mensaje que pretenda dar el diseñador. El aspecto formal define la particularidad de su diseñador, puede mostrar un estilo de su trabajo arquitectónico, en fin esta es una tarea muy elevada en la producción de arquitectura, que exige experiencia y madurez en la concepción de los objetos arquitectónicos. Para resolver este aspecto es importante revisar las variables que intervienen en una composición formal arquitectónica…revisemos diseño básico, generemos muchas imágenes en nuestra mente sobre el objeto arquitectónico que vamos a crear y dibujemos bastante, es conveniente realizar varias alternativas de propuesta, dibujemos como van ha quedar los espacios internos y las relaciones visuales entre ellos, como van ha quedar sus expresiones en el volumen o volúmenes al exterior, dibujemos la interacción de los espacios internos para notar el grado de estímulo a la percepción visual que tendrá el usuario, dibujemos todos los ángulos externos de nuestro futuro edificio para el mismo fin en su apreciación, no olvidemos ninguna parte de él, inclusive pensemos que las circulaciones horizontales y verticales generan espacios y éstos generan volúmenes.
Definida nuestra organización de volúmenes, ahora sí podemos pensar en la forma y ésta tendrá relación con el material que vamos a utilizar y con la adecuada propuesta estructural que la soporte. En este momento del trabajo formal no olvidemos de considerar la cubierta del edificio, elemento constructivo que lo pasamos desapercibido generalmente y lo dejamos para el último. Recordemos que la cubierta de los edificios constituye un gran porcentaje de su definición formal. Finalmente debo recomendar en este punto, de no dejarse distraer con el tratamiento de fachada en la definición formal, el trabajo de fachada es un aspecto secundario en la propuesta de la forma del objeto arquitectónico. La forma del objeto arquitectónico es el cuerpo principal y cuando el cuerpo principal es proporcionado cualquier ropa no le quitará su belleza. El tratamiento de la fachada puede dar o quitar realce a la armonía de la composición de la forma.
El usuario
El estudio del usuario es muy importante, por que es él, el más interesado en obtener una adecuada organización espacial para el desarrollo de sus funciones, en encontrar una envoltura aparente a su entorno, a su modo de vida, a sus costumbres, al clima de su medio, a sus sentimientos y sobre todo que cubra sus expectativas, de encontrar modernidad y elevar la calidad de su vivencia y todo esto, en la mayoría de los casos, al costo mas bajo posible.
Arquitecto… a mi me gustaría que la edificación sea así o asá o…..como aquella de la esquina o como la que vi en una revista o en una película…son expresiones y o actitudes que encontraremos de algunos clientes sean individuales o de grupo, en sus afanes de lograr una organización apropiada para ellos. Arquitecto aquí le dejo unos croquis de lo que queremos que sea nuestro edificio…y nos alcanzan unos trazos muy rudimentarios de lo que se puede asemejar a una distribución en planta y…..son muy pocos los que realmente conocen la labor del arquitecto, y que dejan en nuestras manos el destino de sus futuros edificios, es por todo ello que el tema del usuario es un capítulo indispensable en el planeamiento del proyecto a ejecutar.
Entre otros aspectos, es imprescindible saber la organización que tienen, las funciones y actividades que desarrollarán, el tipo y el número de personas que ocuparán el edificio tanto las permanentes como las eventuales e itinerantes, el sexo, las edades, su condición social, la instrucción que tienen, su o sus condiciones económicas, sus medidas antropométricas e inclusive sus situaciones emocionales que puedan tener por sus labores o funciones, etc.
El conocimiento de la cultura del grupo humano a servir es un aditamento muy significativo para generar el concepto arquitectónico, sus condiciones de organización social y el conocimiento de sus culturas tendrán ingerencia en la posición a adoptar en la búsqueda de la identidad que debe tener el objeto arquitectónico, por que de nada servirá el esfuerzo que realicemos en la organización espacial que vamos a proponer para cualquiera de las actividades, si ésta no va responder a la forma de vida y cultura que tienen y sobre todo a la función que van a desarrollar dentro del objeto arquitectónico, porque esta identificación espacial servirá también para lograr la valoración que darán ellos a los objetos arquitectónicos que vamos a brindar, que se identifican con ellos y que marquen diferencia con otros medios. Con la finalidad de poder comprometer más al usuario en la identificación con el objeto arquitectónico y que ésto lo pueda hacer sentir más suyo, se puede intentar realizar sesiones de su participación en el planeamiento del edificio, debiendo tener cuidado en manejar un esquema o sistemática que oriente a tomar decisiones correctas, siempre bajo la dirección del arquitecto quien debe orientar en cada momento lo positivo y negativo de sus propuestas.
La cultura que desarrolla el usuario, como la música, la pintura, el folklore, la artesanía y hasta los medios de producción son fuentes inspiradoras en la configuración de las partes de la arquitectura a proponer.
El Territorio
No existe edificio sin poblado, ni poblado sin edificios, es una correspondencia intrínseca y una necesidad mutua, una convivencia constante, es por ello que no podremos estudiar uno ni otro sin tener que ver de ambos. El medio o entorno donde planeamos construir un objeto arquitectónico es tan importante que merece mucho nuestra atención, porque incidirá en la determinación de cada parte o elemento de nuestro objeto arquitectónico, sobre todo en como se va insertar en él y como va ha ser el acceso que es el punto de conexión con su territorio. El clima incidirá en el material, en la forma y en el espesor de la envoltura, en la orientación que debemos darle para el aprovechamiento de las energías naturales. Los accesos y la conformación de los paisajes y las buenas vistas nos determinarán la jerarquía de los espacios. La topografía y la resistencia de suelo en la ubicación y disposición de los volúmenes, las características de las edificaciones del entorno nos permitirá guardar unidad con ellas, su historia y su centro histórico en buscar una identidad, revalorando su tradición, sus elementos constructivos, colores y espacios tradicionales.
La tecnología
Hay mucho que hablar de arquitectura……..este es el comienzo. Mientras tanto es menester recordar puntos imprescindibles no tocados en este inicio del proceso que venimos hablando, me refiero a la inclusión de aspectos fundamentales en la planificación mencionada, específicamente estoy invocando entre otros, al conocimiento de las materias primas que dispone el arquitecto para su labor, muchas veces no aludidas en los esquemas de investigación. ¡No, no! no hago alusión a los lápices, pinceles, papeles u otros utensilios de graficación que utilizamos en nuestra expresión, sino al interés primordial de conocer los materiales de construcción que disponemos, los sistemas constructivos de los mismos, los sistemas estructurales que los soportarán, la tecnología arquitectónica (iluminación, acústica, ventilación, temperatura, etc), la disposición correcta y racional de las instalaciones, las características y especificaciones de montaje de equipos electromecánicos que ocupan un espacio generando volúmenes y los valores estéticos y espaciales del lugar que debemos utilizar, pues la alimentación de nuestro cerebro con toda esta información adicional a los otros aspectos, nos permitirá disponer de alternativas varias de envolventes a la organización espacial que planteemos, a las muchas posibilidades formales que albergarán la función o funciones que se desarrollarán en nuestro objeto arquitectónico que vamos a diseñar, teniendo como soporte científico a la matemática, a la física y a las humanidades.
La temporalidad
Cada material de construcción, tiene sus propiedades físicas y mecánicas y cada material tiene su durabilidad en un medio de igualdad de condiciones. ¿Sabían que se estima, que una edificación de ladrillo y concreto realizada técnicamente de manera correcta y en condiciones normales dura de 1500 a 2000 años? ¿Será cierto? Claro que hay indicios suficientes que indica ello. Entonces esto nos indica que la posición de los arquitectos y diseñadores de edificios debe tomar en consideración este aspecto muy importante por cierto, es decir ¿Podemos pensar y decidir por la gente que vivirá de aquí a 500 años? ¿Podemos disponer de los espacios que ellos usarán? ¿Tenemos el derecho de forzarlos a vivir en espacios que a nosotros nos parece bien, sin consultarles? Es necesario reflexionar, porque los cambios de modo de vida son más acelerados cada vez, pero mientras tanto si podemos dar el tiempo necesario de durabilidad a nuestros edificios, podemos prever ciertos cambios en la forma de vivir de los futuros usuarios, podemos dar posibilidades de "flexibilidad" a los espacios que proponemos y también podemos dar opciones de "reciclarlos"- En resúmen intentar proporcionar en un solo objeto, una arquitectura duradera, equitativa, y una arquitectura efímera o transformable a los distintos modos de vida por venir. Pues bien, de esto se trata, de ser racionales y pertinentes en nuestras propuestas y para ello planifiquemos bien y detenidamente.
Por lo tanto el resultado exitoso de la investigación nos generará una acertada conclusión, volcada en un adecuado concepto arquitectónico y una correcta dimensión del programa arquitectónico, para un determinado territorio.
(*) Jorge Sihuay Maraví; arquitecto UNCP CAP 1610 .-Profesor principal de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional del Centro del Perú - Huancayo.
Cada material de construcción, tiene sus propiedades físicas y mecánicas y cada material tiene su durabilidad en un medio de igualdad de condiciones. ¿Sabían que se estima, que una edificación de ladrillo y concreto realizada técnicamente de manera correcta y en condiciones normales dura de 1500 a 2000 años? ¿Será cierto? Claro que hay indicios suficientes que indica ello. Entonces esto nos indica que la posición de los arquitectos y diseñadores de edificios debe tomar en consideración este aspecto muy importante por cierto, es decir ¿Podemos pensar y decidir por la gente que vivirá de aquí a 500 años? ¿Podemos disponer de los espacios que ellos usarán? ¿Tenemos el derecho de forzarlos a vivir en espacios que a nosotros nos parece bien, sin consultarles? Es necesario reflexionar, porque los cambios de modo de vida son más acelerados cada vez, pero mientras tanto si podemos dar el tiempo necesario de durabilidad a nuestros edificios, podemos prever ciertos cambios en la forma de vivir de los futuros usuarios, podemos dar posibilidades de "flexibilidad" a los espacios que proponemos y también podemos dar opciones de "reciclarlos"- En resúmen intentar proporcionar en un solo objeto, una arquitectura duradera, equitativa, y una arquitectura efímera o transformable a los distintos modos de vida por venir. Pues bien, de esto se trata, de ser racionales y pertinentes en nuestras propuestas y para ello planifiquemos bien y detenidamente.
Por lo tanto el resultado exitoso de la investigación nos generará una acertada conclusión, volcada en un adecuado concepto arquitectónico y una correcta dimensión del programa arquitectónico, para un determinado territorio.
(*) Jorge Sihuay Maraví; arquitecto UNCP CAP 1610 .-Profesor principal de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional del Centro del Perú - Huancayo.
- Fotos de Luis Rosales
- Gráficos y diseños de Jorge Sihuay Maraví.
No hay comentarios:
Publicar un comentario